He
escrito varias veces sobre Podemos, participo en la iniciativa desde
su creación y me gusta por la capacidad concienciación,
sensibilización, empoderamiento... que tiene, porque ha sido capaz
de agrupar a gente diversa, dentro de un marco de izquierdas, y
porque ha sido capaz de acercar a la política a gente que estaba
asqueada de ella.
Pero no
todo son simpatías y no todo lo que hace o dice Podemos me gusta,
para nada. Suelo ser crítica con lo que pienso y antes de que
alguien me tire de la oreja, o de los pelos, toca decir lo que a mi
modo de ver le falta, o le sobra, a esta iniciativa.
Podemos
nace como una iniciativa que trata de agrupar a mucha gente con unas
lineas básicas, auditoria de la deuda, defensa de lo público,
crítica y rechazo a las políticas neoliberales... El discurso es
concreto y el proyecto arranca más que de sobra obteniendo 5
eurodiputadxs en solo cuatro meses de vida. Todo un logro sin
precedentes y una sorpresa que pocas esperábamos.
Listas
abiertas para esa candidatura a las europeas, gente poco conocida y
Pablo, cabeza visible desde el primer momento por su implantación
mediática y su arte en el debate contra rancios como Maruhenda. El
tío sabe defenderse y callar de maravilla, eso no lo vamos a
discutir, sobre su discurso si hablaré ahora... Lista cerrada con
más de 33.000 participantes en su elección, obviamente como número
uno aparece Pablo, gracias a la ventaja con la que parte y a la
desventaja de lxs demás a pesar de poder tener discursos que seguro
nos gustaban más. Por lo tanto, lo que la tele ayuda por un lado,
entorpece por el otro, haciendo que lxs jugadorxs comiencen con
reglas diferentes.
Arrancan
los círculos y comienzan a multiplicarse por todo el Estado, y por
parte del extranjero, cada día suman a más gente, desde mi punto de
vista es innegable el trabajo de Izquierda Anticapitalista en todo el
proceso, pero aun más en esta fase, en la que ayudan a que mucha más
gente se interese por el proyecto y comience a empoderarse
políticamente.
La cosa
se acelera aun más tras las elecciones, y se comienza a hablar de la
asamblea de otoño o asamblea “sí se puede”. En esta se
decidirán las bases políticas de Podemos y para comenzar a redactar
documentos se crean dos listas. La ciudadanía, una vez más, puede
“elegir”. Una lista sin ninguna persona reconocida
mediaticamente, es decir, la lista avalada por el Círculo de
Enfermería y la lista que es elegida finalmente, con Pablo a la
cabeza. Comienza la redacción. Compromiso ético, documento político
y principios organizativos. Cada ccírculo y persona puede proponer
las modificaciones que crea convenientes sobre estos documentos y en
la asamblea de otoño se decidirán y asentarán las bases.
El
fenómeno de Podemos ha acercado a mucha gente. Ha conseguido llenar
el vacío político del descontento general. Ante un PP que cada vez
tira más a la derecha, que privatiza, legisla como quiere e intenta
mandar en donde no debe, que se carga aun más la educación, la
sanidad o los derechos laborales, que no resuelve los problemas de
desempleo y que poco mejora la vida de las personas, además de
seguir reprimiendo duramente las luchas sociales mientras mantiene en
un pedestal los beneficios de la derecha. Un PSOE que cada vez engaña
menos, al que le sobran siglas porque ni socialista ni mucho menos
obrero l representan, y que ya no se ve como solución a pesar de su
lavado de cara a base de Susana Diaz y Pedro Sanchez. Una Izquierda
Unida que tampoco llega a calar en la gente y a la que, para mi, ha
hecho mucho daño el pacto con la PSOE en Andalucía, donde ha sido
cómplice de recortes y despidos. Un bipartidismo a la baja y una
izquierda que no da respuesta hacen que el vacío del descontento y
la no representatividad sea llenado por un proyecto como Podemos. Un
proyecto reformista sin lugar a dudas que hasta ahora ha apostado
poco por la movilización, esperemos que por la falta de
“experiencia” y el poco recorrido que ha tenido hasta ahora, y un
proyecto al que, para mi, le sigue faltando participación ciudadana,
cosa que espero se solucione tras la asamblea de otoño, en la que
espero que los círculos puedan decidir de verdad.
Por otro
lado encuentro en Podemos el problema del lenguaje. Hasta hoy en los
medios no salen los círculos por lo que lo poco que podemos escuchar
ahí sobre el proyecto nos viene encabezado por Pablo Iglesias en su
mayoría, y en parte, por el resto de eurodiputadxs de la
organización y de los amigos cercanos a Pablo, ya sea Monedero o
Errejón. Esto hace que muchas veces se distorsionen las opiniones
personales con las opiniones de Podemos.
El “ni
de izquierdas ni de derechas” o el patriotismo que ahora algunos
tratan de traer hacia la izquierda, no nos gusta a todxs, hay una
gran cantidad de personas que no comulgan con estas ideas, que por
otra parte son bien acogidas por algunos sectores de la derecha
neonazi más rancia que trata de abrirse paso a base de dialogo
populista y “cercano”. Su ni de izquierdas ni de derechas se basa
en que hay cosas que han de ser públicas (cosa que históricamente
defiende la izquierda) pero que dentro de ese públicas solo han de
ser para lxs nacionales (cosa que suena a más de extrema derecha que
a otra cosa). Algunxs nazis dicen: “yo no soy ni de izquierdas ni
de derechas, soy racista”, pero otro son más sutiles y si llegan a
acercar gente, para ejemplo de actualidad solo hay que leer lo
siguiente: “La revolución
empieza en los barrios, en la conciencia de cada hombre y de cada
mujer que lucha por defender los derechos de quien no tiene un techo
digno, de quien no puede dar de comer a su familia, de quien sufre la
avaricia de banqueros usureros y el egoísmo de políticos corruptos”
(1),
y
¿de donde sale este comunicado? Ni más ni menos que de la nueva
okupa nazi que hay en Madrid, concretamente, en el barrio de Tetuán,
quienes dicen no ser ni de izquierdas ni de derechas, patriotas y
punto.
Es
por ello que encuentro un gran problema en el lenguaje que usa
Podemos, entiendo que el ni izquierdas ni derechas se ha podido usar
como un intento de no “asustar” a nadie, prefiriendo hablar de
justicia social, pero históricamente, esta justicia solo la ha
defendido la izquierda, por lo que, como Teresa Rodríguez le
respondía a Pablo al escucharlo decir tal barbaridad: “a mi me
duele la boca si no digo que soy de izquierdas”. Creo que ya se ha
acercado a gente y que por tanto toca seguir avanzando por lo que el
discurso también tendría que tornarse un poco más real, hablar de
“casta y ciudadanía” puede ser muy divertido para algunxs, pero
otrxs pensamos que va siendo hora de aterrizar y hablar claro, que ya
sabemos que de Podemos no va a salir la revolución, eso está claro,
pero si se trata de concienciar y empoderar prefiero que el discurso
se contextualice un pelín más y para que esa gente que se acerca
pueda comenzar a ponerle cara a lo que es “casta” y a lo que es
“ciudadanía”, que los discursos poco concretos dan lugar a
demasiados errores.
Por
otro lado tampoco entiendo el empeño por recuperar el “patriotismo
de
izquierdas”,
más
aun, si este no representa los intereses de todos los pueblos que
configuran nuestro estado, creo que tenemos una historia que delata
quienes han sido lxs defensorxs de este durante muchos años,
historia que ha pisado a otrxs muchxs y que aun mantiene en cunetas a
cientos, por lo que no me veo denominándome patriota de ninguna
parte.
Es cierto
que hay cosas que no me gustan, cosas que no me representan para
nada, y que ahora mismo puede haber caos en algunos círculos,
Podemos arranca como una amenaza para muchxs, pero, sobretodo, tras
los resultados de las europeas, la cosa cambia y, lo que antes era
visto como una amenaza, ahora pasa a ser una oportunidad para quienes
tienen fines que poco tienen que ver con participación,
transparencia o llegar a más gente. Aun así creo que el proyecto,
si sigue por buen camino y recoge las necesidades de las personas y
los círculos, podrá llegar a alguna parte. Sigo con mis dudas sobre
las municipales, muy en parte por la realidad que me pilla más
cerca, pero una cosa está clara, a pesar de que las ideas y
propuestas fueran maravillosas la batalla contra el capitalismo y el
desmantelamiento de servicios sociales, laborales... así como todos
los abusos que estamos recibiendo no acabaran con la entrada a las
instituciones.
La lucha
debe seguir en la calle, por lo que para mí, sigue siendo más
importante hacer que la gente se interese, empodere y participe en
política con conciencia de clase, que ganar unas elecciones.
PD: se
que como análisis se puede quedar corto pero ya he escrito mucho, si
alguien quiere plantearme algo responderé por aquí, por correo
(abcakmx@gamil.com) o en
persona.